Ensayo de La Vida

Hace unos pocos días me describieron como: «Alex, eres muy capitalista«. Creo que es algo que nunca creí escuchar de mí. Según yo, mi personalidad ha sido siempre socialista, luego, ¿qué tuve que haber hecho o dicho para generar la percepción contraria de mí?

Siempre me estreso por la situación en la que viven los demás, la mayoría de las ocasiones me angustio por la impotencia de no poder cambiar al mundo. En este contexto me gustaría dar mi definición de pobreza.

¿Qué es la pobreza?

Para mí no es una situación atribuible cien por ciento a un estatus económico sino a un fenómeno social. Ser pobre es una definición de carácter comparativo, medible, pero no todos los que no tienen ingresos monetarios elevados son pobres. En las comunidades rurales, en los núcleos poblacionales de las sierras hay poco o nulo flujo de dinero y podría decirse que viven en pobreza extrema, pero no es así. Mientras no exista hambre no hay pobreza. Esas comunidades son ricas en tradiciones, costumbres, creencias, folclor, agricultura; y aunque no tengan dinero no hay pobreza, pues no lo necesitan. En la mayoría de ocasiones son pueblos autosuficientes que se dedican a la esencia de la vida: vivir. No se tienen satisfactores del consumismo porque se desconocen, por lo tanto no se desean. Se tiene un carácter inocente de afrontar la vida para única y exclusivamente ser feliz. No existen las preocupaciones que hacen que vivir sea un acto de supervivencia -llenando el alma de sentimientos negativos como el odio, rencor, egoísmo, envidia, etc.-. La naturaleza es tan bondadosa que de una u otra manera nos brinda a diario alimento suficiente para no perecer. Entonces pues, ser pobre no es no tener dinero. Ser pobre es una cuestión de desigualdad dentro de una sociedad que no se mantiene en equilibrio. Se genera a partir de hábitos, costumbres, creencias y educación capitalistas que persuaden a sus integrantes el mito del éxito y su medición a base de la capacidad de compra. En otras palabras, según el capitalista, no eres pobre si tienes con qué comprar más de lo que necesitas y a partir de aquí se genera una escala que llega a la riqueza.

Los pobres son los marginados, los ignorados, los que cuentan, los que no pueden, los que no deben, los que tienen la obligación de soportar la pirámide en la que se venera al dinero. Los pobres viven en las ciudades, en lo urbano, pues éstos sí saben y conocen la capacidad del dinero, están conscientes del modelo de éxito del capitalismo: tener dinero. Son un problema, una enfermedad, un tumor del cual todo mundo se queja pero nadie atiende. No se generan las condiciones y escenarios adecuados para que todos satisfagan todas sus necesidades. Desde que nacemos nos entrenan para diferenciarnos los pobres de los ricos y muy difícilmente quien nace en un lecho de pobreza cambia ese estatus, a pesar de todos sus esfuerzos.

Fue apenas ayer cuando descubrí que tipo de persona soy. Me angustia ver a los niños de la calle, a los ancianos abandonados, a los fallecidos de la guerra contra el narco (a quienes la vida y la sociedad no les dieron otra opción) ¡vaya! a los desprotegidos. Pero por qué me pasa esto, por qué me preocupo de más, por qué me estreso, por qué mi consciencia me pide hacer algo o me hace pensar que pude o puedo hacerlo. Pienso pues que porque soy amante de la vida, de la experiencia de vivir, el milagro de hacerlo. De poder dormir y despertar, de comer, de hablar, de relacionarnos, de amar, de tener hijos, de crear conocimiento y adquirirlo,  de estremecernos, de reír, de llorar, de todo aquello que hace que vivir sea increíble. Pienso que este fenómeno debería ser igual para todos, por el simple hecho de nacer humano se tiene el derecho de vivir, sentir y experimentar todo lo que comento. ¿Qué pasa en el mundo entonces? Unos pocos sienten que son los dueños de la vida de los demás y nos aprisionan en celdas invisibles con barrotes hechos con signos de pesos.

Al ser así somos una especie que destruye y se autodestruye. Estamos condenados a extinguir todo lo que nos rodea y a nosotros también. Debemos pues darle paso a la vida y comenzar a vivirla.

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